viernes, 20 de julio de 2012

DIA 35 :: WILLIAMS - ROUTE 66 :: ARIZONA

 
 
Nuestro subconsciente o simplemente el destino se encargó de dejarnos bien claro que no era de su agrado dejar la ociosa ciudad de Las Vegas, ello significaba dejar atrás comodidad, lujos y caprichos, para volver a la ruta. Sin duda echaremos de menos nuestra habitación del hotel cuando tarde, ya oscureciendo aún no sepamos dónde dormir, o simplemente no encontremos el lugar que habíamos designado el día anterior.
Si os preguntáis por qué sabemos que algo nos impedía abandonar la ciudad, os lo paso a contar:
Primero, seguimos las indicaciones de Google maps, y no encontramos la calle para incorporarnos a la 93 Sur, por lo que después de varias millas en pleno mediodía con calor de desierto, nos dimos la vuelta y seguimos el camino más largo pero que ya conocíamos, es decir, por la 15 Sur hasta la 93, pero que pasó en el desvío….Pues que tanto casino y tanto reclamo, nos despistamos con la que sabíamos que era la última mirada de aquella ciudad. Así que hicimos otras millas de regalo.
Finalmente, encontramos la 93 Sur, y el próximo destino sería Kingman, donde ya enlazaríamos con la 40 Este, que nos lleva directamente a la clásica Ruta 66.

Pero antes de llegar a Kingman, el depósito se empieza a quejar así que nos desviamos justo por la salida del Skywalk (herradura transparente por la que puedes caminar a una altura de 1200 metros por encima del colorado), ya que indicaba área de descanso y gasolinera, pero cruzamos el pueblo y no vimos nada, seguimos varias millas, el desierto nos abrazaba con su brazo más caliente, la última marca de gasolina, cada vez parpadea más deprisa y ni una sola señal del dichoso líquido.
Decidimos dar la vuelta, exhaustos paramos en un remolque-bar, donde una chica muy simpática nos indica donde está el surtidor, solo unos metros más adelante, más tranquilos nos refrescamos con sendas aguas. Al seguir las indicaciones de la chica, llegamos a un surtidor minúsculo, tapado por una camioneta de reparto, era imposible encontrarla sin saber que estaba allí. Para más INRI y para seguir la odisea del día, problemas con la tarjeta, pero nada grave se hace un prepago y salimos de la maldición.
Pocas millas más adelante, ya está la 40, carretera más agradable, de montaña, nos permite subir algo la velocidad y comodidad. La temperatura también baja unos grados que agradecemos, incluso en uno de los pasos (paso del coyote) nos caen cuatro gotas de agua, que lejos de molestarnos, agradecemos.
Llevamos ya 136 millas desde el último repostaje, necesitamos parar, justo cuando aparece el desvío de nuestro destino, Williams, pueblecito que nos integra directamente en la Ruta 66.
Tras comer algo, conocemos el dinner más famoso, Cruiser’s y nos regalan un espectáculo en la calle de vaqueros, y es que el pueblo vive de eso, es aún un pueblo del lejano oeste, y vive de la Ruta 66, los antiguos trenes del Cañón y los souvenirs. Y es que en este país, de todo se saca provecho y cualquier recurso es bienvenido.
 
 
Nos dirigimos ya hacia nuestro camping en Flagstaff, que habíamos reservado desde Las Vegas, pero que pasa? Que nuestro fatídico día de confusiones no había acabado, primero tomamos mal la dirección del camping elegido por otro que habíamos estado tanteando.
Luego tras hora y media de vueltas por el pueblo, nos encontramos con que el elegido se encuentra a 135 millas, la dirección de la reserva en la oficina central, por lo que no nos sirve.
Todo tiene arreglo, volvimos a la segunda opción Woody Mountain Campground y plantamos nuestro chalet sin problemas, pese a la oscuridad que ya envolvía el ambiente, pese a ser solo un poco más de las 21:00.
 

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